Este 14 de marzo se cumplió un año desde que el Gobierno de España decretara el estado de alarma, como consecuencia de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus. Esta declaración, y la decisión de varios gobiernos de cerrar sus fronteras al tránsito de personas, se ha traducido en la práctica supresión del tráfico portuario de pasajeros en los últimos doce meses.

     El Puerto de Almería, que hasta mediados de marzo de 2020 acumulaba un notable incremento medio de viajeros con el norte de África -superior al 10%-, vio frenada en seco dicha progresión y las perspectivas de superar el millón de pasajeros el pasado año. Y es que, según explica el presidente de la Autoridad Portuaria de Almería (APA), Jesús Caicedo, la Operación Paso del Estrecho que no se llegó a realizar, hubiera superado con creces los 600.000 pasajeros.

     Por estos motivos, 2020 se cerró con un balance de 126.788 pasajeros, un 86,4% menos que en 2019. Y en lo que llevamos de 2021, este descenso se ha elevado prácticamente hasta el 98%, ya que en los ferris que unen Almería con el puerto marroquí de Nador solo viajan los conductores de los camiones de mercancías, y con el de Melilla, además de los conductores, sólo pueden viajar las personas que cuenten con permiso de la Administración. Con los puertos argelinos de Nador y Ghazaouet no hay tráfico de pasajeros de ningún tipo.

     Jesús Caicedo considera que este año de lucha contra la pandemia ha sido “muy malo” para el tráfico marítimo de pasajeros, y en particular para el Puerto de Almería, donde también se cancelaron todas las escalas de cruceros previstas para 2020 y sólo se realizó una en febrero, unos días antes del estado de alarma. No obstante, confía en que el próximo verano, “aunque no podamos hablar de una OPE normal, al menos se abran las fronteras y, garantizando la seguridad y la salud, se pueda recuperar algo la movilidad entre países”.

Movimiento de mercancías

En contraste con el tráfico de pasajeros, el de mercancías se ha mantenido operativo en los puertos que gestiona la APA –los de Almería y Carboneras-. El pasado año, entre ambos puertos, se movieron 4,8 millones de toneladas de productos. Y si bien el balance final de 2020 refleja un descenso del 14%, las causas no hay que buscarlas en la covid-19, sino en unas circunstancias particulares en el Puerto de Carboneras: el cierre de la Central Térmica de Carboneras a principios de 2020, que trajo consigo la cancelación de la importación de carbón por el Puerto de Endesa. Asimismo, el pasado ejercicio se redujeron las exportaciones de cemento desde la dársena de Lafarge-Holcim. En total, el Puerto de Carboneras tuvo un tráfico de 1,8 millones de toneladas de mercancías, un 34,4% menos que en 2019, descenso que no fue mayor gracias al aumento del 15% en las exportaciones de yeso.

     Frente a esta caída del tráfico de mercancías registrada en el Puerto de Carboneras, el Puerto de Almería cerró el ejercicio pasado con un tráfico de más de 3,1 millones de toneladas, un 10% más que en 2019. Este incremento se debe, entre otros tráficos, a la exportación de yeso, al transporte de productos laminados, de productos agroalimentarios y de mercancías de la industria auxiliar de la agricultura.

Puertos esenciales

Este año de dificultades para la movilidad y la economía, según destaca Jesús Caicedo, “ha puesto de relieve el valor estratégico y esencial de puertos como los de Almería, unas infraestructuras y unos servicios imprescindibles que han garantizado en todo momento el buen funcionamiento de la cadena de suministro para que nuestro tejido productivo no deje de funcionar, y para asegurar el abastecimiento a los ciudadanos”.

     Jesús Caicedo valora “el trabajo y el esfuerzo realizados por la comunidad portuaria y todo el sector del transporte y la logística, para conseguir que los puertos sigan activos cargando y descargando mercancía”. Conscientes de las dificultades extraordinarias que ha traído consigo la pandemia, la APA, desde que se decretó el estado de alarma, dispuso unas medidas de apoyo a sus clientes y proveedores, con el fin de contribuir en la medida de lo posible a afrontar la coyuntura, con ampliación del plazo del ingreso de la deuda tributaria, la reducción del plazo de pago de facturas a proveedores, y la reducción de determinadas tasas.

     Y en el balance de estos doce meses, el presidente de la APA también valora y reconoce la labor que en los primeros momentos de la irrupción de la covid-19 desarrollaron la Unidad Militar de Emergencias y la Legión en las tareas de desinfección de las instalaciones portuarias, tarea en la que el Puerto también ha multiplicado sus esfuerzos, con el refuerzo del servicio de limpieza.

Un año de obras y proyectos    

Lo que no ha podido parar la covid-19 son las obras y proyectos de la APA. Según Jesús Caicedo, “se puede decir, sin exagerar, que estos doce meses están siendo uno de los periodos de mayor actividad en nuestros puertos. Estamos acometiendo actuaciones y proyectos con una inversión de unos 30 millones de euros, que contribuirán a mejorar y ampliar los servicios portuarios, y ayudarán a salir reforzados de este escollo”.

     Entre otras obras culminadas en el último año, destacan las pantallas atrapa-polvo en el Puerto de Carboneras, el Fondeadero para pequeños barcos pesqueros en el Puerto de Almería, la adaptación de muelles para el suministro de Gas Natural Licuado a buques, la Terminal para Vehículos Pesados, y la ampliación del acceso al Puerto por Pescadería.

    Asimismo, se ha dado un gran impulso a proyectos como el de la ampliación del Muelle de Pechina y la conexión con el Dique Exterior, la planta fotovoltaica de la Estación Marítima (cuya instalación está a punto de finalizar), el faro en Mojácar (ya en obras), y la redacción del proyecto de la nueva sede para la Policía Portuaria, la Guardia Civil, la Policía Nacional y otros colectivos portuarios, y el del Centro de Segundas Ventas de Pescado. También está ya en redacción el proyecto de ampliación y adecuación del Muelle de Levante para tráfico de cruceros y la recuperación ambiental del frente marítimo de las Almadrabillas, un estudio fundamental para el desarrollo del Puerto-Ciudad, un proyecto que tendrá como avanzadilla la creación de un paseo peatonal sobre el Cable Inglés, cuyas obras de la segunda fase de restauración van a buen ritmo y se espera que finalicen en los próximos meses.

     Y en estos días también se han sacado a concurso las obras de ampliación de las pantallas atrapa-polvo en el Muelle de Pechina de Almería, la urbanización de la Terminal de Contenedores, la remodelación del Puerto Pesquero de la capital, y el drenaje del Muelle de Ribera I, de Carboneras.