El Centro de Arqueología Subacuática (CAS), dependiente de la Consejería de Cultura  y Deporte, avanza en los trabajos de investigación del pecio Delta I tras su extracción  del agua el pasado mes de julio por parte de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.  El equipo técnico del CAS, centro especializado en patrimonio sumergido del Instituto  Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), es el encargado de estudiar en profundidad los  restos de este navío del siglo XVII, hallado en 2012 durante las obras de construcción  de la Nueva Terminal de Contenedores del puerto gaditano. 

En su visita a la carpa situada en el muelle 5, Patricia del Pozo, consejera de Cultura y  Deporte, y Teófila Martínez, presidenta de la Autoridad Portuaria, acompañadas por el  director general del IAPH, Juan José Primo, el director del Astillero de Reparaciones de  Cádiz (Navantia), Antonio Domínguez, y el comandante Naval de Cádiz, Jaime Boloix,  han podido inspeccionar el estado de Delta I, que se encuentra en fase de limpieza.  

Con este proyecto, ha manifestado Del Pozo, “Andalucía se sitúa a la vanguardia  científica en materia de conservación del patrimonio arqueológico subacuático”, puesto  que “es la primera vez que en España se estudian fuera del agua restos de un barco de  esta época”. En este sentido, hay que recordar que, a nivel internacional, han sido muy  escasas las extracciones de pecios de estas características para su investigación, que  tienen como referente el caso del navío Vasa en Estocolmo.

Asimismo, la consejera ha destacado que “el patrimonio cultural que representa Delta 1  es significativo de la riqueza histórica de la ciudad de Cádiz y su puerto, puntos de  encuentro y conexión entre diferentes civilizaciones y culturas a lo largo de los siglos”.  

Por su parte, Teófila Martínez ha valorado positivamente el desarrollo de los trabajos  arqueológicos, que una vez finalizados, permitirán que “las partes que componen el  barco, desarticuladas, sean devueltas nuevamente al mar, donde se preservarán para  el futuro en un depósito reversible y perfectamente georreferenciado”. 

Hasta hora, han sido eliminados de forma manual los sedimentos del primer nivel  constructivo y retirado concreciones sobre el suelo de la bodega del barco. También se  han identificado mediante etiquetas las piezas de madera que lo conforman. Los  distintos elementos de clavazón se han marcado, al objeto de identificar patrones de  construcción, según ha explicado Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología  Subacuática. Durante este proceso, han sido localizadas diez piezas de artillería  incompletas, junto con piedras, de diferentes dimensiones, del lastrado del barco.  

Estos trabajos que se están desarrollando en el nivel más superficial del barco son  previos al desmontaje del forro interno de la estructura y a la excavación, registro y  desmontaje de las siguientes fases constructivas. En las próximas semanas, todas las  piezas de madera desensambladas serán limpiadas, escaneadas y fotografiadas. Con  fines de preservación, se sumergirán en piscinas diseñadas para ello. 

La zona más baja de Delta I, correspondiente al “plan” del barco, conserva 20,32 metros  de eslora por 6,80 metros de manga. Su descubrimiento excepcional constituye una  oportunidad única para conocer cómo se construían los barcos a mediados del siglo  XVII. Hasta el momento solo existen documentos que hacen alusión a proporciones o  aspectos muy concretos de las técnicas de construcción naval de la época, como los  elementos de unión, el tonelaje máximo, el calado que debían tener los navíos, etc. 

Modelo en 3D del pecio 

La identificación del buque es otro de los objetivos del Centro de Arqueología  Subacuática. Para ello se está realizando una investigación archivística, cuyos  resultados serán comparados con los datos aportados por la investigación arqueológica  de Delta I. La intención es obtener información relevante sobre la nacionalidad, proceso  de construcción, tipología y vida útil del barco, así como averiguar por qué estaba en  Cádiz y cuáles fueron los motivos de su hundimiento. 

En paralelo, un modelo tridimensional del pecio -mediante fotogrametría y programas  de diseño 3D- y un estudio dendro arqueológico de la madera con la que fue fabricado  aportarán luz sobre la cronología y zona de procedencia de las piezas constructivas.  Las muestras de madera, que permitirán identificar la especie vegetal y origen de los recursos forestales utilizados, se analizarán en Reino Unido, en laboratorios de la  Universidad de Gales Trinity Saint David. 

El estudio científico del pecio Delta I, dirigido por Nuria E. Rodríguez, técnico de  investigación del CAS, cuenta también con la colaboración de profesionales del Instituto  de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las  universidades de Gales, Lisboa y Alicante.