El director de Operaciones en Tierra de Marmedsa Cruise Services – Noatum Maritime reflexiona sobre el papel transformador del turismo de cruceros y su creciente impacto social y local.
Del 15 al 17 de octubre de 2025, Motril y Granada acogerán la cuarta edición del Congreso Internacional de Turismo Náutico y de Cruceros, CITCA Suncruise, bajo el lema “Donde el mar se funde con la innovación”. En este encuentro, expertos y profesionales del sector analizarán los retos y oportunidades de una industria en constante evolución.
Uno de los puntos clave del programa es el panel “Análisis de la Huella Social: presentación de buenas prácticas y retos”, en el que participa José Francisco Sennacheribbo, Shoreside Operations Manager de Marmedsa Cruise Services – Noatum Maritime. A continuación, compartimos su visión en esta entrevista:
Desde tu experiencia en operaciones en tierra, ¿cómo está evolucionando el perfil del crucerista y qué nuevas demandas estáis detectando en los pasajeros que llegan a los puertos españoles?
Hoy en día el perfil del crucerista ha evolucionado en muchos sentidos; se ha ampliado. Existe una oferta mucho más extensa que hace años y, de la misma forma que hay una infraestructura hotelera de 3, 4 y 5 estrellas, con establecimientos inmensos y con infinidad de actividades, hoteles boutique, temáticos, etc., sucede exactamente lo mismo con los cruceros.
Se ha instaurado la cultura del crucero como una opción alternativa a los destinos terrestres, ya que pueden combinar las visitas y/o actividades de los distintos puertos de escala con la oferta de la propia compañía. Los cruceros se han convertido en un destino por sí mismos.
¿Qué papel juega el operador portuario en la creación de experiencias significativas para los nuevos tipos de clientes que buscan algo más que una simple escala?
Hoy en día, y no es una acción limitada a la turoperación, o evolucionas y te adaptas a todos los requerimientos sociales de los nuevos clientes y tecnologías de la información, o desapareces. El conocimiento de los destinos y las alianzas con empresas locales es fundamental para “estar a la última” y poder ofrecer a los clientes algo más que las “panorámicas y las tapas”.
En este punto es muy importante que los comercios locales vean al turoperador como una opción de ampliar su mercado y no como el extraño que viene a llevarse el negocio. Puedo ponerte el ejemplo de cruceros de una semana con más de 800 actividades semanales. Una semana no te bastaría para hacerlas todas.
Se habla cada vez más de la “huella social” del turismo de cruceros. ¿Qué iniciativas habéis observado o desarrollado que realmente contribuyen de forma positiva al entorno local y al residente?
Al hablar de huella social, abrimos un melón muy extenso. Si empezamos por la sostenibilidad, te diré que ésta está instaurada en las navieras incluso más profundamente que en el sector hotelero. Los diseños de los barcos, las fuentes de alimentación energética, la gestión de los residuos… me atrevo a decir que es muchísimo más sostenible que muchos destinos terrestres.
El Convenio MARPOL (Convenio Internacional para la Prevención de la Contaminación por los Buques) fue adoptado por la Organización Marítima Internacional (OMI) en 1973. Sin embargo, se le considera comúnmente como MARPOL 73/78, debido al protocolo que se incorporó en 1978 en respuesta a una serie de accidentes de petroleros.
Continuando con la huella social a nivel institucional, se ha conseguido en la práctica totalidad de los destinos convenios Puerto-Ciudad que intentan regular las diferencias de intereses de todos los agentes implicados: autoridad portuaria, ayuntamiento, empresarios, asociaciones de diferentes ideologías… Todo desde el respeto es combinable.
En este contexto de cambio de paradigma, ¿qué retos supone para las empresas de servicios en tierra adaptarse a clientes más diversos, con intereses culturales, sostenibles y personalizados?
Como comenté antes, las empresas de servicios tienen en el sector crucerístico un nuevo nicho de mercado. Hoy en día, y debido al tamaño de algunos cruceros, es prácticamente imposible el antiguo concepto de “one stop shop”, y solo con coordinación es posible atender hoy a esta demanda tan diferente.
¿Qué buenas prácticas destacarías en la relación entre navieras, puertos y destinos para generar un impacto económico y social equilibrado y beneficioso para todos los actores?
Partiendo de la base de que los intereses de cada uno de los actores son intrínsecamente distintos, no queda otra que buscar un equilibrio lo más estable posible, y ahí es cuando aparecen los convenios entre las partes.
Personalmente creo que en esta línea queda mucho por hacer, dada la posición dominante de las navieras, cuya fidelidad a un puerto en concreto se termina en cuanto otro le satisface sus intereses “un poco más”. Un “no” dicho a tiempo puede ser más constructivo que un “sí” inmediato.
¿Qué importancia tiene la celebración de congresos como CITCA Suncruise para avanzar en una visión compartida del turismo náutico y de cruceros, especialmente en lo relativo a su impacto en el ecosistema social y local?
La celebración de congresos, la asistencia a ferias y a summits nacionales e internacionales es fundamental para seguir acercando el modelo del turismo náutico y de crucero como una opción sostenible e integradora de todos los elementos sociales. Solo a través de la información, formación y conocimiento se puede avanzar hacia una mejora de los ecosistemas.

